Presentación. Pepe Monteagudo.
La idea de recopilar en un volumen de la Biblioteca de Cultura Tradicional Zamorana una selección de artículos publicados en la revista surgió hace al menos seis años, cuando yo como alumno de Antropología Social y Cultural en la UNED de Zamora empecé a tratar al profesor Francisco Rodríguez Pascual, don Paco, que por entonces atendía como tutor algunas materias de esa Licenciatura. En aquellas conversaciones breves e informales se vislumbró la convergencia de dos itinerarios que transcurrían recelosamente separados, como si cada uno quisiera delimitar su ámbito y su estilo, aunque el público que leía los libros de uno y las revistas de otro venía a ser prácticamente el mismo.
Además, era común a ambos proyectos no sólo el intento de dar aliento antropológico a los trabajos etnográficos sobre la provincia, centrados por lo demás en los mismos asuntos agrupados bajo la rúbrica de “cultura tradicional”, sino también dos características que nos diferenciaba de otras instancias que se ocupaban del asunto. Me refiero, por un lado, a la vocación transfronteriza que nos movía a considerar los territorios portugueses vecinos (Terra de Miranda y Bragança, fundamentalmente) como parte indisoluble de la realidad provincial, con demasiados rasgos culturales compartidos que no podían ser durante más tiempo aisladamente considerados.
Por otro lado, la labor investigadora y divulgativa del profesor atendía a un aspecto marginado por los estudios canónicos sobre folklore y tradiciones populares cual era el de la cultura escrita, recopilando multitud de papeles impresos y manuscritos de probada circulación entre los pueblos de la provincia a los que aplicaba su lente erudita, compartiendo con la Asociación Bajo Duero la intuición (y más tarde la palmaria constatación) de que esos materiales tenían un gran valor como fuente de investigación etnográfica. Así, en cuanto don Paco coleccionaba materiales escritos, y los comentaba y difundía en la prensa local y en sus libros, en nuestra Asociación el Archivo de la Escritura Popular nutría un considerable acervo de libretas, epistolarios, cuadernos, hojas, diarios, libros de cuentas, archivos personales, etcétera, desplegando poco a poco actividades de investigación y difusión de lo recuperado.
De este modo, la Biblioteca de Cultura Tradicional Zamorana y El Filandar / O Fiadeiro discurrieron por vías paralelas durante largos años, y mientras se superaban los resquemores o se diluía la rivalidad –era mucho también lo que nos separaba, forzoso es también reconocerlo– iba madurando la idea de dedicar un volumen de la colección a los contenidos de El Filandar / O Fiadeiro. En trato ya directo con Juan Manuel Rodríguez Iglesias hablamos de programar un volumen temático con textos encargados a especialistas de la provincia, pues la idea de republicar trabajos ya editados nos parecía inconveniente. Hasta que la oportunidad de la celebración del trigésimo aniversario de la Asociación, en el año 2010, y la del vigésimo de la propia revista El Filandar en este 2011, nos pareció buen motivo para rescatar una antología de artículos difíciles de localizar en la actualidad, puesto que pocas colecciones completas de la revista se conservan accesibles al público, además de que el proyecto de hacer disponible una versión digital en la red lleva un retraso considerable.
¿Cómo enfocar la selección? No se presentaba nada fácil la tarea de elegir un reducido número de artículos de entre más de un centenar que fueron apareciendo durante dos decenios en las 19 entregas de la revista. Hubo que fijar criterios. Ante todo, pensar en los posibles destinatarios del libro (algo, por desgracia, poco frecuente en las editoriales de limitado alcance). Hace tiempo que percibíamos como lectores aficionados a la cultura tradicional la falta de una obra de conjunto sobre la materia en la provincia, un libro que fuese más allá de los estudios monográficos, muy específicos en su temática (de los que hay, por suerte esta vez, algunos muy buenos en las librerías), que englobase los distintos aspectos culturales que –a pesar de estar muy relacionados entre sí, según nos demostraba el acercamiento etnográfico– aparecían normalmente disociados. Pergeñamos en su día el proyecto de una compilación con ese espíritu, encuadrado en el género editorial de obras de alta divulgación, es decir, de presentación amena y atractiva sin descuidar el rigor y la seriedad exigibles a los estudios científicos y humanísticos. El proyecto durmió el sueño de los justos por distintas causas (si bien hay que reconocer el interés de la editorial Semuret en acogerlo) hasta que de alguna forma se ha visto reemplazado por la compilación antológica que el lector tiene en sus manos. El primer criterio, por tanto, imponía una selección que diera cuenta de la vida tradicional en su rica diversidad, desde las manifestaciones orales a las materiales, con especial atención a las costumbres públicas ligas al ciclo festivo, y sin olvidar el filón descubierto en la documentación escrita. La gran amplitud de artículos publicados requería de dos criterios adicionales que filtrasen aún más finamente la criba: habían de ser trabajos centrados en la provincia de Zamora, por exigencias de la propia colección, y realizados por investigadores que formasen o hubieran formado parte de la Asociación, pues de alguna forma se trataba también de extender el reconocimiento a la entidad que promovió las investigaciones correspondientes y publicó, casi siempre en solitario, la revista. Seguir estos criterios tan restrictivos ha tenido como consecuencia el haber desatendido áreas fundamentales de la vida tradicional (del ciclo vital o el ciclo económico, por ejemplo), haber marginado artículos muy meritorios de autores ajenos a la Asociación, y haber dejado fuera del escenario cuanto queda del otro lado de la frontera con Trás-os-Montes. Hemos intentado compensar semejante hemiplejía con algún tratamiento transfronterizo (en lo tocante a la indumentaria y las romerías) y con una atención preferencial a las comarcas rayanas, pero mucho de la esencia de la publicación, empezando por su diversidad lingüística, deja de aparecer en la compilación.
Así pues, decidimos agrupar los artículos seleccionados (algo menos de la veintena) en cuatro apartados temáticos: tradición oral, tradición escrita, costumbres y celebraciones del ciclo anual, y cultura material.
Comenzamos con la tradición oral, y concretamente por el baile, porque así fue como comenzamos. La Asociación Etnográfica Bajo Duero surge de un grupo de personas que abandonan el grupo de coros y danzas institucional para aprender de primera mano lo que les transmitieron estilizado y deformado. El método etnográfico de contacto directo con los informantes, observación participante, registro detallado y encuesta estructurada se empezó a aplicar por los pueblos de la provincia a medida que se recuperaban los bailes, las canciones y los toques instrumentales para su estudio y para su revitalización mediante la incorporación al repertorio de las actuaciones, al tiempo que se involucraba a los propios informantes en los procesos de recuperación y transmisión.
Después se extendería considerablemente el ámbito de investigación, sin embargo el trabajo con los bailes y las canciones sigue siendo el de mayor rendimiento, y constituye una de las señas de identidad de la Asociación. También viene a cuento recordar que la revista surgió como instrumento didáctico de su escuela de baile, que entonces dirigía la siempre emprendedora Maite Martín, y que el segundo de los textos recopilados, sobre el Bolero de Algodre, es fruto de una comunicación presentada en un congreso temático en los primeros años de andadura de la entidad como asociación cultural independiente.
La actividad investigadora sobre música tradicional aparece representada en el artículo de Pablo Tobal sobre las misas solemnes populares: pequeña muestra de un proyecto ambicioso aún no culminado, muestra a su vez de una muy dilatada labor de documentación y registro del patrimonio inmaterial más precario. Es el caso, asimismo, del arte verbal de la narrativa popular (tradición oral por antonomasia): ha de bastar esa magra representación de los géneros romancístico y cuentístico de la provincia que Miguel Montalvo se ha ocupado de escoger entre sus abundantes grabaciones de campo. Y para cerrar este primer bloque, un breve ejercicio descriptivo de dos juegos populares practicados aún en sendas localidades zamoranas en virtud de su transmisión oral de unas generaciones a las sucesoras.
Uno de los hechos decisivos para la puesta en marcha del Archivo de la Escritura Popular fue la aportación de textos escritos por determinados informantes para las secciones de la revista denominadas “Acomparando versos” y “Relatos desde el Aliste”. Dimos cobijo entonces a esos materiales de tanto interés etnográfico como estético, y advertimos la necesidad de valorarlos, conservarlos y someterlos a estudio. Esa “tradición escrita” de personas que tuvieron una instrucción escolar muy limitada, tan cara también a don Paco, no debía separarse de la tradición oral, como tampoco estaba bien que se desvinculase del resto de prácticas populares relacionadas con la escritura, sean estas memoriales, escolares, archivísticas, epistolares, contables, autobiográficas o cualesquiera otras, como confirma el desarrollo creciente de la Red de Archivos e Investigadores de la Escritura Popular. El primero de los artículos de este apartado da cuenta de los inicios del proyecto de archivo zamorano y del interés etnográfico de sus fondos –único añadido que no pasó por las páginas del Filandar sino que se publicó en la Revista de Letras de la Universidade de Trás-os-Montes e Alto Douro–, mientras que el segundo viene a ser un homenaje a cuantas personas colaboraron con él desde las páginas de la revista, bien como informantes y depositantes, bien como mediadores en el aprovechamiento y disfrute de esos saberes populares, algo que José Luis Gutiérrez, “Guti”, siempre hizo estupendamente.
El bloque dedicado al ciclo anual es también pálido reflejo de una época de febril actividad etnográfica por toda la provincia para documentar de primera mano la riqueza y vistosidad de tradiciones festivas de singular trascendencia, como las mascaradas de invierno, junto con otras menos visibles pero no menos importantes como romerías, corderas o toradas. Varios de estos artículos resumían o formaban parte de proyectos de investigación promovidos por la Junta de Castilla y León, o bien eran resultado del trabajo de conclusión del curso de postgrado sobre Estudios de la Tradición de la Universidad de Valladolid que realizaron varios miembros de la Asociación. Las páginas de la revista (y ahora las del libro) sirvieron para que los estudios no se quedaran en los archivos de la administración o la universidad.
Por último, se recogen bajo el rótulo ciertamente arbitrario de “cultura material” artículos que tienen que ver con la arquitectura tradicional, las rutas del pastoreo, la indumentaria y el uso popular de las plantas. Consiguieron en su momento dar a conocer someramente los resultados de proyectos de investigación en curso que en algún caso acabaron siendo publicados como monografías y se corresponden con una época más reciente en la trayectoria investigadora de la Asociación Etnográfica Bajo Duero. El apoyo del Instituto de Estudios Zamoranos “Florián de Ocampo” mediante la concesión de becas de investigación resultó fundamental en esa etapa, en la cual, como vemos por la distribución de los autores de este apartado, se incorporó una nueva generación (la de Rubén Sánchez y Elisa Gallego) a los socios activos más veteranos.
Notas a la edición.
Volver a dar vida a textos escritos y publicados hace tanto tiempo nos colocaba ante el dilema de reproducirlos tal y como vieron la luz o bien modificarlos con las correcciones y actualizaciones pertinentes. La segunda opción nos hubiera llevado a hacer una obra nueva, por lo cual decidimos atenernos a lo que se publicó en su día, con algunas mínimas adaptaciones. En ese sentido se han suprimido algunas partes de los artículos, como las bibliografías de obras de referencia, que los años transcurridos han dejado obsoletas, o se han agrupado varios en un único capítulo.
Se indican siempre en la primera nota al pie la autoría ydatos de la publicación original (número de la revista, año de edición y páginas en las que apareció). Donde se han hecho las mayores modificaciones es en las fotografías, pues en algún caso no se conservaban las originales, pero siempre que se ha podido se ha ilustrado cada capítulo con imágenes más o menos significativas, no siempre con la calidad deseable.
En cuanto a los textos encargados para la ocasión, quisimos también reducirlos al mínimo elemental con las palabra prologales del vocal de Etnografía del Instituto de Estudios Zamoranos, dependiente de la Diputación Provincial, testimonio afectuoso en lo personal y de reconocimiento institucional, así como un epílogo de la joven investigadora Mariana Gomes, en nombre del equipo internacional –e interdisciplinar– que ha tomado las riendas de la publicación en su nueva etapa.
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